Saturday, 4 March 2017

DIRECTO A LA COMUNICACÓN



“directo al grano”
Anónimo

Me puse a buscar definiciones de La Comunicación Directa en la World Wide Web antes de enfrentarme a escribir este ensayo con la idea de afianzar bien el significado y no quedarme solamente con lo que me entregó el video, pero después de leer la primera definición me dije: de estas definiciones me voy a encontrar tantas y tan distintas como autores y blogueros hay en internet, así que decidí quedarme con las imágenes y por ahí derecho reforzar el dicho que dice (porque si no dijera no sería un dicho) una imagen vale más que mil palabras. Ahora imagínese como cien imágenes por segundo durante cuatro minutos, valdrían más de dos millones cuatrocientas mil palabras más o menos, y pues que mejor que este mundo de palabras para empotrar mi ensayo. Entonces para no perder más tiempo y batería empecé a escribir así de una lo que me saliera de La Comunicación Directa teniendo en cuenta únicamente lo que recordaba del video y lo que trabajé la clase pasada durante el ejercicio de improvisación, que en otras disfruté mucho a pesar de que no lo hice tan bien como creí que lo iba a hacer, es que me dispersé en medio de la improvisación y se me olvidó como era que iba a cerrar y nunca cerré, es más, me interrumpieron diciendo que listo que muchas gracias que el tiempo ya se me había acabado y con él mi ejercicio de improvisación, pero apenas me relajé y me dispuse a sentarme el profe volvió y me dijo que siguiera hablando otro poquito; que quiebre de cintura, me dejó tirado ahí en el campo de clase, al frente de todos, yo no sabía si cambiar de tema y contarles de la vez que mi abuela cascó a un ladrón con la cartera o si ponerme a hablar más de La Comunicación Directa, a propósito de la cual debo escribir en este ensayo y hasta ahora no he dicho mucho que digamos, así la haya mencionado tres veces ya.

Definitivamente hay cosas que son mejor decirse de frente, mirándose a los ojos para darse cuenta de todas esas respuestas tan genuinas que dan los gestos y las reacciones del cuerpo, del cual no somos tan conscientes cuando estamos hablando con alguien o haciendo algún trabajito para ganarnos unos pesitos extra. Y eso es lo bonito del cuerpo, que habla con una transparencia que da miedo, uno sin decir una palabra y el cuerpo ya saludó se presentó dijo que le gustaba y que no. En La Comunicación Directa cada palabra, o cada frase para no ser tan exagerados, va cargada de un sentimiento y emoción, sobre todo para un perceptor así bien meticuloso como el profe. No se me ocurre una manera más directa y certera de comunicarse con una persona que frente a frente, compartiendo el mismo espacio y tiempo; por ejemplo con el mismo frío si se estuviera uno comunicando con alguien en Santa Elena a eso de las once de la noche y sin ningún ron que calentara cuerpo y alma y enloqueciera la mente, por lo menos un poco. Una comunicación efectiva depende totalmente de la verdad, por eso comunicación y verdad se escriben ambas con “a” y por eso el cuerpo presente en La Comunicación Directa tiene un rol tan importante; las palabras solas, sin el cuerpo, disfrazan y esconden más fácil la verdad. El cuerpo mejor dicho si va directo al grano, por lo menos para un buen lector. Este, el cuerpo, mete las patas o las saca, dependiendo si uno ve el vaso medio lleno o medio vacío y dependiendo obviamente de la intensión de las palabras. Si la intención es enredar al otro con cuentos chinos sin siquiera hablar mandarín es ahí donde el cuerpo las mete, pero cuando la intención es hablar la verdad entonces ahí es cuando el cuerpo las saca y en cambio mete es el corazón.

Es claro que no todo hay que decirlo desde el corazón ¿o no? ¿o si? Bueno, por lo menos es claro que hay mensajes que no necesitan estar cargados de tanto sentimiento y emoción y pues ahí la mejor opción sería nuestro mejor amigo gringo el whatsapp o el viejo correo electrónico que vendría siendo como el bisabuelo del whatsapp. Por ejemplo para decirle al jefe que buenos días, que anexo el informe solicitado para el día de hoy, atentamente, Juanita; o para preguntarle a la mujer que si llevo cuatro aguacates y limones o que si mejor llevo el guacamole ya listo que viene en una bolsita como la de la mayonesa pero transparente; ni riesgos de trasladarse desde el mercado hasta la casa solo para mirar a la esposa a los ojos, cuerpo a cuerpo, y preguntarle semejante burrada, pues obvio que el aguacate y los limones! y que no se le vaya a quedar el cilantro ni la cebolla de rama porque ahí si sería mejor servir esos nachos con salsa de tomate. Hay momentos en que es mejor, me atrevería a decir que necesaria, la comunicación directa y hay otros en que es una ventaja utilizar estas herramientas prácticas desde la distancia.


Como decía un filosofo amigo de un amigo mío en Envigado: mucho de cualquier cosa es malo, ya sea mucho guacamole o mucho mensaje de texto o mucho frente a frente para decir cualquier cosa, hay que ser sabio y saber cuando, como y cuantas veces usar las diferentes caras de la comunicación. Que quede cara, digo sello, digo claro, aquí solo estipulo que hay que ser sabio más no estoy diciendo como serlo, eso sería otro ensayo o este mismo pero más largo y para este ejercicio el profe fue muy claro y dijo que el ensayo debía ser de más de una hoja pero sin irse a pasar de las dos, y en este ejercicio no pienso repetir el mismo error de la improvisación y pasarme del límite, por más bueno que este pasando aquí echando carreta.